La hepatitis puede ser identificada por una variedad de síntomas que varían según el tipo. La Hepatitis A se manifiesta a través de falta de apetito, náuseas, ictericia y dolor de estómago, y generalmente desaparece en dos meses. La Hepatitis B presenta síntomas como fatiga, náuseas, vómitos, fiebre, pérdida de apetito, dolor abdominal y articular, orina oscura, deposiciones claras e ictericia. La Hepatitis C, a menudo asintomática, puede causar problemas de salud crónicos y su transmisión es principalmente por contacto con sangre infectada. La Hepatitis D se desarrolla solo en personas ya infectadas con Hepatitis B y puede acelerar la progresión a cirrosis, presentando fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, coluria, acolia e ictericia. Por último, la Hepatitis E comienza con fiebre leve, disminución del apetito, náuseas, vómitos y puede incluir dolor abdominal, ictericia, orina oscura y heces pálidas, resolviéndose generalmente en seis semanas.